Acertijos

Los acertijos de la Esfinge

Hace mucho tiempo, los habitantes de la ciudad de Tebas estaban atemorizados. Una Esfinge gigante, con cabeza humana, cuerpo de león y alas enormes, se hallaba en las puertas de la ciudad e impedía la entrada y la salida a ella. Decía que solo le permitiría el paso a quien pudiera resolver el acertijo que proponía, si no, lo arrojaría con sus alas tan lejos que jamás se recuperaría.
Un día, pasó por allí un joven muy inteligente llamado Edipo. Él quería entrar a la ciudad de Tebas pero, como todo el mundo, antes tenía que acertar la adivinanza de la Esfinge.
– Buenas tardes, Edipo -le dijo la Esfinge-. Tienes que adivinar mi acertijo si quieres entrar en la ciudad.
– Adelante, ¿cuál es el acertijo? -dijo Edipo con la seguridad que le proporcionaba su ingenio-.
– Es un animal con voz que anda con cuatro pies por la mañana, con dos pies al mediodía y con tres pies por la noche. ¿Qué es?
Ese era el famoso acertijo de la Esfinge que nadie podía resolver; entonces, Edipo se lo pensó un rato, pues estaba difícil de resolver, pero después de darle un par de vueltas dio con la respuesta correcta…
– El ser humano -dijo Edipo-. Porque cuando nace, gatea y anda a cuatro patas, luego camina con dos pies y al hacerse viejecito necesita un bastón para andar.
Ya que la respuesta era correcta, la Esfinge se puso de muy mal humor porque ahora tenía que dejar pasar a Edipo y ella tendría que buscar otro lugar para sus acertijos. Así que, agitó sus alas y salió volando muy lejos de Tebas.

Recuperado y adaptado de https://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/cuentos-infantiles/la-adivinanza-de-la-esfinge/