Aniversario de Lima | Las costumbres limeñas que
se han perdido o reducido en los últimos siglos

La capital del Perú cumple 484 años de fundación española. Para recordar el pasado (y comparar el presente) de la ciudad, revisa este listado de tradiciones que por mucho tiempo la han identificado.

18 de enero de 2019
Este 18 de enero, Lima cumple 484 años de fundación española. Con el paso del tiempo y de los cambios propios de la ciudad, algunas de las costumbres y tradiciones locales más marcadas han ido desapareciendo. RPP Noticias se comunicó con Marco Capristán Núñez, director de Pinceladas Limeñas, y Jesús Cosamalón Aguilar, profesor del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica, para conocer sus referencias de la originalmente conocida como «Ciudad de los Reyes».
Cosamalón explica que es necesario reconocer a Lima como una localidad formada por migrantes, por lo que no está de acuerdo con el concepto de una cultura «netamente limeña». Capristán, por su parte, ha estudiado a detalle el auge, la evolución y la pérdida de los rasgos más cotidianos y documentados de la sociedad en la capital. Aquí, un listado de esas  costumbres o personajes extintos:

Comprarle a los pregoneros.

Los pregoneros eran vendedores ambulantes que visitaban los patios públicos de las casas limeñas para promocionar sus productos a viva voz.
Tenían horarios establecidos y solían identificarse con alguna prosa a gritos. Se mantuvieron vigentes durante casi toda la época colonial y desaparecieron tras la apertura del Mercado Central de Lima.
Así señala Marco Capristán: «Como en la Lima antigua no había luz eléctrica y los mercados funcionaban solo los fines de semana, los pregoneros ofrecían sus productos en las casas.
Los pregoneros ofrecían sus productos en los patios principales de las casonas limeñas. Comienzan a desaparecer alrededor de 1850. Con el Mercado Central de Lima, que funcionaba todos los días, los  pregoneros se mudaron a las puertas o los interiores de este. Para 1879, ya no había pregoneros».
Salir a «jironear»
Entre las décadas de 1920 y 1940, uno de los lugares más concurridos por los adolescentes o jóvenes de Lima era el Jirón de la Unión. «Salir a jironear» significaba caminar por su largo tramo para visitar las tiendas y, sobre todo, conocer a nuevas amistades. Actualmente, el Jirón de la Unión sigue siendo muy recorrido, pero por fines más comerciales, turísticos o de simple tránsito. Arrojar papeles como  celebración. Esta costumbre se solía dar el último día laborable de diciembre. Consistía en arrojar los papeles desde las ventanas de las oficinas. Tanto instituciones estatales como privadas ubicadas en Lima se
sumaban a esta tradición, que dejaba las calles del Centro repletas de hojas, fólderes y periódicos triturados. «Tuvo un auge entre las décadas de 1960 y 1980, pero se dejó de lado a partir de los años 90».
Vestirse de negro en Semana Santa o de morado en octubre Hasta las décadas de 1970 y 1980, era muy común observar a personas vestidas completamente de negro durante la Semana Santa o de morado en
octubre, para las celebraciones del Señor de los Milagros. Además, durante la Semana Santa se solía ocultar o tapar algunas imágenes religiosas que no tuvieran relación con la muerte de Cristo. Pese a que ambas fiestas religiosas siguen vigentes y captan a millones de devotos en Lima y en el Perú, algunas cosas han cambiado. Algunas tradiciones de estas fechas sí se han mantenido, como el recorrido de las siete iglesias y el sermón de las tres horas. Ir en grupo a la playa La Herradura En los años anteriores a 1980, La Herradura era el lugar más de moda durante el verano. El ahora desaparecido servicio de tranvía facilitaba a los limeños pasar por debajo del Morro Solar para visitar esa playa del sur (además de otras en Barranco y Chorrillos), cuya fama también atraía a los artistas extranjeros del momento. Su auge se intensificó entre las décadas de 1940 y 1960. Hoy, la playa ha perdido su atractivo. Personajes urbanos extintos Las tapadas limeñas eran mujeres que ocultaban sus rostros y vestían largos trajes para evitar que las identifiquen. Esto respondía a un contexto de condena social hacia las mujeres que paseaban por las calles sin la compañía de un hombre. Tuvieron una vigencia aproximada de 300 años, entre fines de 1500 y fines de 1800. Por el mismo periodo existió el sereno, que era el responsable de iluminar la ciudad. Con ayuda de una escalera, se encargaban de colocar y encender las velas dentro de los faroles de las calles. Desaparecieron con la implementación del alumbrado a gas. Las ‘lloronas’, por su parte, fueron mujeres que se contrataban para llorar desconsoladamente en los velorios. Casi al término de 1870, con el sistema de tranvía en Lima, se hicieron conocidos los ‘gorreros’, que eran personas que eludían el pago de ese servicio de transporte. Se colgaban de los lados del tranvía en marcha para no pagar.

Recuperado y adaptado de http://rpp.pe/lima/actualidad/aniversario-de-Lima

18 de enero de 2019
Este 18 de enero, Lima cumple 484 años de fundación española. Con el paso del tiempo y de los cambios propios de la ciudad, algunas de las costumbres y tradiciones locales más marcadas han ido desapareciendo. RPP Noticias se comunicó con Marco Capristán Núñez, director de Pinceladas Limeñas, y Jesús Cosamalón Aguilar, profesor del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica, para conocer sus referencias de la originalmente conocida como «Ciudad de los Reyes».
Cosamalón explica que es necesario reconocer a Lima como una localidad formada por migrantes, por lo que no está de acuerdo con el concepto de una cultura «netamente limeña». Capristán, por su parte, ha estudiado a detalle el auge, la evolución y la pérdida de los rasgos más cotidianos y documentados de la sociedad en la capital. Aquí, un listado de esas  costumbres o personajes extintos:

Comprarle a los pregoneros.

Los pregoneros eran vendedores ambulantes que visitaban los patios públicos de las casas limeñas para promocionar sus productos a viva voz.
Tenían horarios establecidos y solían identificarse con alguna prosa a gritos. Se mantuvieron vigentes durante casi toda la época colonial y desaparecieron tras la apertura del Mercado Central de Lima.
Así señala Marco Capristán: «Como en la Lima antigua no había luz eléctrica y los mercados funcionaban solo los fines de semana, los pregoneros ofrecían sus productos en las casas.
Los pregoneros ofrecían sus productos en los patios principales de las casonas limeñas. Comienzan a desaparecer alrededor de 1850. Con el Mercado Central de Lima, que funcionaba todos los días, los  pregoneros se mudaron a las puertas o los interiores de este. Para 1879, ya no había pregoneros».
Salir a «jironear»
Entre las décadas de 1920 y 1940, uno de los lugares más concurridos por los adolescentes o jóvenes de Lima era el Jirón de la Unión. «Salir a jironear» significaba caminar por su largo tramo para visitar las tiendas y, sobre todo, conocer a nuevas amistades. Actualmente, el Jirón de la Unión sigue siendo muy recorrido, pero por fines más comerciales, turísticos o de simple tránsito. Arrojar papeles como  celebración. Esta costumbre se solía dar el último día laborable de diciembre. Consistía en arrojar los papeles desde las ventanas de las oficinas. Tanto instituciones estatales como privadas ubicadas en Lima se
sumaban a esta tradición, que dejaba las calles del Centro repletas de hojas, fólderes y periódicos triturados. «Tuvo un auge entre las décadas de 1960 y 1980, pero se dejó de lado a partir de los años 90».
Vestirse de negro en Semana Santa o de morado en octubre Hasta las décadas de 1970 y 1980, era muy común observar a personas vestidas completamente de negro durante la Semana Santa o de morado en
octubre, para las celebraciones del Señor de los Milagros. Además, durante la Semana Santa se solía ocultar o tapar algunas imágenes religiosas que no tuvieran relación con la muerte de Cristo. Pese a que ambas fiestas religiosas siguen vigentes y captan a millones de devotos en Lima y en el Perú, algunas cosas han cambiado. Algunas tradiciones de estas fechas sí se han mantenido, como el recorrido de las siete iglesias y el sermón de las tres horas. Ir en grupo a la playa La Herradura En los años anteriores a 1980, La Herradura era el lugar más de moda durante el verano. El ahora desaparecido servicio de tranvía facilitaba a los limeños pasar por debajo del Morro Solar para visitar esa playa del sur (además de otras en Barranco y Chorrillos), cuya fama también atraía a los artistas extranjeros del momento. Su auge se intensificó entre las décadas de 1940 y 1960. Hoy, la playa ha perdido su atractivo. Personajes urbanos extintos Las tapadas limeñas eran mujeres que ocultaban sus rostros y vestían largos trajes para evitar que las identifiquen. Esto respondía a un contexto de condena social hacia las mujeres que paseaban por las calles sin la compañía de un hombre. Tuvieron una vigencia aproximada de 300 años, entre fines de 1500 y fines de 1800. Por el mismo periodo existió el sereno, que era el responsable de iluminar la ciudad. Con ayuda de una escalera, se encargaban de colocar y encender las velas dentro de los faroles de las calles. Desaparecieron con la implementación del alumbrado a gas. Las ‘lloronas’, por su parte, fueron mujeres que se contrataban para llorar desconsoladamente en los velorios. Casi al término de 1870, con el sistema de tranvía en Lima, se hicieron conocidos los ‘gorreros’, que eran personas que eludían el pago de ese servicio de transporte. Se colgaban de los lados del tranvía en marcha para no pagar.

Recuperado y adaptado de http://rpp.pe/lima/actualidad/aniversario-de-Lima

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