EFECTOS NEUROLÓGICOS POR TELÉFONOS CELULARES: REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Y MODELOS MATEMÁTICOS

Desde hace más de una década diversos estudios indican que la radiación electromagnética emitida por la telefonía móvil y desde antenas bases penetra en la cabeza, pudiendo ser absorbida por el cerebro y transformada en calor. En el caso de los niños es más crítico, por la mayor cantidad de agua que contiene sus tejidos. Puede acumularse energía en un tiempo corto y si el cerebro es perturbado por ondas electromagnéticas, pueden producirse efectos fisiológicos.

Según la literatura analizada pueden generarse cambios en la barrera hematoencefálica, en el metabolismo celular y en funciones neurotransmisoras, entre otros. Habría también efectos no térmicos y otros producidos por campos magnéticos de baja frecuencia provenientes de la batería del teléfono. Dentro de las secuelas neurológicas y fisiológicas analizadas estarían: tumores, afecciones cognitivas, hipersensiblidad electromagnética, genotoxicidad, alteraciones del sueño, del sistema inmunológico y del ADN.

El riesgo de tumores cancerosos en el cerebro es un tema muy discutido, cuyos recientes estudios revelarían su ocurrencia a largo plazo, clasificándose como posiblemente carcinógenos a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia. Existe un uso masivo de estos artefactos, desde niños hasta adultos mayores. Por este motivo se ha legislado para proteger a la población, midiendo la taza de radiación absorbida por la cabeza humana, mediante el SAR (specific absortion rate). En EEUU se ha establecido un límite de 1,6W·kg-1 promediado sobre 1g de tejido.

En la Unión Europea el máximo se acepta en 2W·kg-1 sobre 10g de tejido (SAR, 2013). Se ha reportado en el mundo unos 500×106 usuarios de móviles por la Agencia Internacional de Estudios sobre Cáncer (IARC, 2011) y la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011a) por lo que se ha generado preocupación por los efectos de la radiación electromagnética en el rango de micro ondas.