Annie Cohen
Annie Cohen nació en Letonia en 1870 y creció en Estados Unidos. Annie ha pasado a la historia (y luego ha sido olvidada) por ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo en bicicleta. Ella era una mujer menuda de 1,60 metros y 45 kilos. Se dedicaba a conseguir publicidad para periódicos de Boston y su marido era vendedor ambulante. Sobrevivían como podían. Todo cambió cuando dos hombres ricos apostaron 20 000 dólares a que una mujer no podía dar la vuelta al mundo en bicicleta. Una década antes, el inglés Thomas Stevens había tardado treinta y dos meses en recorrer casi 22 000 kilómetros por América, Europa y Asia con una bicicleta de rueda alta y, sin pretenderlo, había inspirado la apuesta. Annie aceptó el reto y sus condiciones: tenía que hacerlo en quince meses, debía demostrar su recorrido con la firma de embajadores, no tendría dinero al salir de Boston, y no podría aceptar propinas y debería recaudar 5000 dólares, además de hacerse cargo de sus gastos durante el recorrido. El premio era 10 000 dólares, pero lo más importante del reto era demostrarse a sí misma y a los demás que una mujer podía hacerlo. Y eso hizo. El 25 de junio de 1894, ante su familia y otras quinientas personas, Annie se subió a una bicicleta frente al edificio de gobierno de Massachusetts, en Boston, y comenzó su recorrido. Desde esa ciudad partió hacia Chicago, y ahí estuvo a punto de quedarse. Su situación no era favorable: había gastado cuatro meses y todas sus fuerzas con una bicicleta Columbia de 20 kilos y ropa poco adecuada para la aventura. Casi había decidido no continuar cuando consiguió una bicicleta Sterling, mucho más ligera, y pantalones deportivos. Entonces, decidió seguir con el viaje. Pedaleó hasta Nueva York y, de ahí, embarcó a Europa. Recorrió Francia de Le Havre a Marsella, donde la recibió una multitud. Viajó a Oriente Medio y pedaleó por Egipto, Jerusalén y Yemen. Volvió a embarcarse y llegó a Colombo (Sri Lanka), y desde ahí recorrió Singapur, Saigón, Hong Kong y China. En este último lugar la sorprendió la primera guerra chino-japonesa. Sorteó las balas, llegó a Japón y desde el puerto de Yokohama se embarcó hacia San Francisco. Aún le faltaba recorrer Estados Unidos de un extremo a otro. Annie logró hacerlo a tiempo, se ganó los 10 000 dólares y una fama que le duró demasiado poco para la proeza que había completado. Luego de su triunfo, se mudó a Nueva York con su familia y comenzó a trabajar en el diario “New York World” con el sobrenombre de “The New Woman”, la nueva mujer. Efectivamente, lo fue.