El reciclaje en Latinoamérica
Valeria Amezcua
De toda la basura del planeta, América Latina produce el 12%; esto equivale, aproximadamente, a 160 millones de toneladas anuales. Aunque quizá nos sorprenda, las empresas no son las principales responsables de generarla, pues más del 40% de la basura que se produce proviene de nuestras casas. Pero ¿qué es la basura? Es la mezcla desorganizada de muchos residuos. Si estos se separaran adecuadamente antes de convertirse en esa gran masa llamada “basura”, se podría reciclar el 91,7%. El problema es que una vez que dichos productos se mezclan, apenas se logra rescatar un 30%. En la siguiente tabla, se puede observar un aproximado de la cantidad de basura producida por día en algunos países en América Latina entre los años 2011 y 2012. Para que se tenga una mejor idea, se presenta también el porcentaje de basura que se recicla y cuánto se produce en promedio por persona.

Como podemos ver en la tabla, Chile es el país que más basura produce por habitante. En el caso de Perú, el problema va más allá de no separar los residuos: en el año 2010 se estimó que únicamente el 40% de la basura generada en el país lograba llegar a los rellenos sanitarios legales (lugares autorizados para depositarla). La basura puede ser reutilizada como materia prima. Residuos como el plástico, papel, cartón, vidrio y aluminio pueden ser reutilizados por las industrias para disminuir sus costos de producción, ya que comprar material reciclado es hasta 50% más barato que comprar materia prima. En México, el presidente de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico estimó que, en 2012, aproximadamente el 15% del plástico del país se recicló. Esta cantidad no es suficiente para cubrir la demanda de plástico reciclado que requieren las industrias que buscan disminuir sus costos. A causa de este déficit, se importan anualmente 10 000 toneladas de plástico reciclado. Suena ilógico pero sucede: un país que produce 6 millones de toneladas de plástico al año debe pagar a otro país por obtener un producto que tiene de sobra. En Ecuador, ante la poca capacidad de procesar los residuos, se exporta el 30% del material reciclado a otros países. Lo cierto es que muchas empresas aún no quieren procesarlo. Entre ellas existe un mito muy arraigado: utilizar material reciclado afecta la buena calidad de sus productos. Es necesario cambiar esta mentalidad, a excepción –obviamente– de las industrias alimentarias y farmacéuticas. No es necesario un gran capital ni tecnología moderna para entrar al negocio del reciclaje. Lo que se necesita es educar a la población para clasificar los residuos y atreverse a impulsar esta nueva industria en sus países.
