El sembrador
Levántate, sembrador. Es hora de que comiences las tareas.
La campana del cielo vibra cada vez más cerca y ya resuena el gallo.
Prende la luz de tu espíritu. Enciende el fuego de tu
corazón. Tus bueyes son el amor y la justicia, y tu cántico
habla de la verdad.
Ábrete, tierra, que tu brújula te guíe desde oriente hasta
occidente y desde el norte hasta el sur. ¡No tengas límites!
Siembra la palabra del bien y del amor. Llegará un día en que la siembra se levante como
una bendición sobre la tierra.
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