Perú: Recordando la historia y el ejemplo de María Parado de Bellido

No obstante su interés, María Parado está casi olvidada. Se la ignora por ser una provinciana que desmiente la idea corriente de que los peruanos(as) de la época estaban escasamente interesados en la independencia. Además, expresa un valor ético casi perdido: la entereza para entregar la vida antes de incumplir los compromisos.

maria parado de bellido

María Parado de Bellido

Por Antonio Zapata

En estos días se cumple un aniversario del fusilamiento de la heroína ayacuchana María Parado de Bellido. Como es conocido, ella actuó en la independencia en favor de la causa patriota y fue ajusticiada por negarse a revelar quién le había confiado un secreto de guerra. Por ello, su caso corresponde a ciertos principios que no son habituales en el Perú actual. A diferencia de quienes prometen algo y hacen lo contrario, María Parado se sacrificó en aras de la consecuencia.

Era fines de marzo de 1822, cuando esta señora de unos 50 años fue detenida por las tropas realistas que ocupaban Ayacucho. La coyuntura política había sido abierta 18 meses atrás por el desembarco del general José de San Martín en Pisco en setiembre de 1820. En ese momento, el libertador nombró a Álvarez de Arenales como responsable de una columna encargada de adentrarse en la sierra y levantar entusiasmo por la independencia. Arenales tomó Ica y después de combatir en Nazca subió a la sierra por Puquio; capturó Huamanga antes de dirigirse al valle del Mantaro, continuó su camino y combatió exitosamente en Cerro de Pasco; finalmente retornó a la costa, a reunirse con el campamento general que se había movido a Huara en el norte chico.

Cuando Arenales recorrió la sierra central, los patriotas locales sacaron cabeza y tomaron las ciudades, que luego no pudieron mantener al retornar los realistas, que se habían hecho fuertes en la sierra sur, desde donde combatieron con energía y decisión. En esa circunstancia fue interceptada una carta enviada por María Parado a su esposo, informándole de los planes del ejército realista. El hijo de María Parado se había unido a las guerrillas patriotas, mientras que su esposo iba y venía. La carta mostraba que había un traidor dentro del alto mando realista. Era la única forma de acceder a los planes secretos que María informaba a su esposo.

Los realistas se alarmaron, no podían confiar en nadie. Por ello, el general español José Carratalá le planteó a María canjear su vida por el nombre de su confidente. Pero, ella decidió callar, no obstante ser madre de familia y estar presentes sus hijas durante el juicio. No rompió su compromiso ni siquiera atendiendo a sus responsabilidades maternales. La tensión entre patriotismo y maternidad ha sido analizada por Rosa Elena Fajardo, concluyendo que se impuso el primero dejando atrás el sentimiento mariano, que se supone un producto natural en la mujer de protección de la familia por encima de todo.

Según la autora, la fortaleza para superar esta pulsión provendría de su condición femenina, más hecha a la consecuencia que la masculina, puesto que los hombres estaban obligados a la vida en sociedad, donde transar era imprescindible. Mientras que la mujer vivía sola en la unidad doméstica y ahí, encerrada en sus pensamientos y sentimientos, la fidelidad le era propia y natural.

Después de la sentencia, María fue paseada por las cuatro esquinas de la Plaza de Huamanga. En cada una se repitió la condena, añadiendo que sería levantada si entregaba a su informante. Pero, ella calló, no obstante que sus hijas se arrodillaron frente a ella y le rogaron que salve su vida. El cura que la asistió hasta el final cuenta que estuvo serena y que vestía sencillamente con blusa y polleras cubriéndose con un sombrero de paja.

Fusilada en la plazuela del Arco, unas cuadras al norte de la plaza de armas, su casa fue incendiada y sembrada de sal, “por ser madriguera de traidores y espías”, según decía la sentencia de la Corte Marcial. Los montoneros fueron derrotados y su líder murió ajusticiado, aunque los Bellido lograron huir y conocieron al Perú independiente.

No obstante su interés, María Parado está casi olvidada. Se la ignora por ser una provinciana que desmiente la idea corriente de que los peruanos(as) de la época estaban escasamente interesados en la independencia. Además, expresa un valor ético casi perdido: la entereza para entregar la vida antes de incumplir los compromisos.

http://www.larepublica.pe/columnistas/sucedio/maria-parado-de-bellido-01-04-2015