El misterio de las aves marinas migratorias
¿Cómo hacen las aves marinas migratorias para volar grandes distancias y llegar a un determinado lugar?
Un grupo de investigadores propone una explicación, publicada por la revista Novedades Científicas: las aves marinas migratorias pueden volar días y noches sobre los océanos sin perderse gracias a que su olfato las orienta.
Mientras que los seres humanos podemos perdernos en dos segundos y a dos pasos de casa, las aves marinas migratorias vuelan sobre los océanos para alcanzar su lugar favorito de alimentación y regresar al nido sin perderse.
Estudios anteriores ya habían señalado la capacidad de estas aves para localizar sus colonias de reproducción, situadas en pequeñas islas perdidas en la inmensidad del mar, gracias a los olores transportados por el viento.
Diversos investigadores dieron un paso más en la solución de este enigma que apasiona a los científicos desde hace décadas: las aves marinas migratorias, como los albatros, petreles y frailecillos, utilizan una amplia gama de olores para orientarse sin referentes visuales. Esto fue posible gracias a que los científicos analizaron los vuelos de 210 aves pertenecientes a tres especies de frailecillos mediante el uso de GPS (sistema que ofrece datos sobre la ubicación en distintas partes del planeta) durante el periodo de incubación y cría de sus pichones.
Los investigadores plantean que las aves marinas se guían por el olfato. Esto les permite viajar sobre los océanos. Los olores transportados por el viento son la información que las aves usan para construir un mapa de olores. Año tras año, durante su migración a nuevas tierras para alimentarse y reproducirse, las aves marinas migratorias repiten su recorrido.
Pero ¿qué las orienta? Por un lado, las guía el sulfuro de dimetilo, una sustancia que proviene fundamentalmente del plancton. Por otro lado, se orientan por el olor característico de un lugar. Las aves pueden memorizar esos olores, lo que les permite orientarse durante sus largos vuelos y recordar una ruta a partir de ciertos aromas. Los olores característicos de cada lugar son la brújula de las aves en sus travesías, que pueden sobrepasar los 7000 kilómetros.