La descripción de una persona

Tania cambia de ciudad

Las vacaciones se terminaron y Tania estaba triste. Tenía que regresar al colegio, pero no le entusiasmaba la idea. A su padre lo habían ascendido a director de una sucursal bancaria y por ello tuvieron que mudarse de ciudad. Ella quería volver al colegio de siempre donde tenía muchos amigos. Solo faltaba un mes para cumplir ocho años y pensaba que a su fiesta no vendría nadie. Sin embargo, en muy ilusionados con la casa que habían adquirido y ella no quería «aguarles» la fiesta. De camino al colegio, siempre de la mano de su mamá, iba pensando en su profesora Cristina y en lo bien que la pasaba con ella. Desde luego, ya no sería lo mismo. La madre la condujo hasta la puerta de la clase cuando vio a su profesora Cristina. ¿Cristina estaba allí? ¿Estaba soñando? Pronto se aclaró todo. La profesora se llamaba Rosa y era la hermana gemela de Cristina. En la clase los niños estaban sentados en grupos de siete. Tania se sentó en el grupo donde había seis. En dicho grupo se encontraban María, quien era la hija de su profesora y casualmente vivía en su misma calle. Ricardo y Jaime eran divertidos y habladores. Carmen, una niña de ojos grandes y tez morena, pero quien más le llamó la atención era una niña de rasgos distintos a los demás. Venía de China y llevaba residiendo poco tiempo en la cuidad. Se llamaba Yenay y todavía no sabía hablar español. Tania, desde el primer momento, se hizo muy amiga de Yenay; se entendían perfectamente sin palabras. Había pasado un mes y Tania ya estaba mucho más alegre. Jugaba constantemente en el recreo con los niños de su grupo y le enseñaba español a Yenay. El día de su cumpleaños acudieron todos los niños de su clase y sus antiguos amiguitos, ya que la distancia entre las dos ciudades era pequeña. Tania disfrutó muchísimo. Seguía teniendo los amigos de siempre y había conseguido otros nuevos con los que podía compartir sus juegos.

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