¿Es común el plagio en la Universidad?

A raíz de la nueva investigación de la Universidad de Islas Baleares sobre el plagio en Secundaria, investigamos la realidad del plagio en la Universidad y las publicaciones científicas.

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Autor: Nic McPhee  

Recientemente, la Universitat de les Illes Balears (UIB) divulgó un estudio realizado entre 2.794 alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato, donde afirma que se trata de una práctica muy extendida y que los más propensos son los que procrastinan, además del hecho de que los hombres plagian significativamente más que las mujeres. Pero, ¿esta realidad se traslada a la Universidad? Echemos un vistazo más profundo:

Plagio en la Universidad

El plagio no escapa a ningún nivel educativo, y si bien ha existido siempre, con la revolución digital se ha acrecentado notoriamente, ya que es más cómodo copiar, el Internet provee grandes cantidades de texto de mejor calidad, y la diversidad de fuentes disponibles dificulta su detección.

David Caldevilla Domínguez, doctor en Ciencias de la Información y profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explicó que «antes de la revolución digital los universitarios acudían a las bibliotecas para realizar sus trabajos, y aunque evidentemente podían copiar todo el contenido de un libro, era un trabajo mucho más laborioso que pulsar dos botones del teclado de un ordenador (…). Gracias a la tecnología, esto ahora no se consigue, ya que muchos estudiantes ni se molestan en parafrasear, o siquiera leer, lo que obtienen de la Red».

Con respecto a las causas que llevan a los jóvenes al plagio, un estudio de J. Agnes de 2008 afirma que la principal razón es la falta de tiempo (82%), seguido por la comoedidad (81%), el hecho de que todos lo hagan (30%), que no exista riesgo (18%) o que el profesor no note la diferencia (17%).

A nivel internacional, diversos estudios han ahondado en la realidad del plagio en la Universidad. La Universidad Pública de Navarra (UPNA) recoge algunos de los resultados y revela que el interés por el análisis del plagio comienza en 2000. Algunos de los estudios cifran el uso del material ajeno en un 40%-50% y algunos incluso arriban a cifras de hasta el 75%. Asimismo, la mayoría de ellos señalan a los hombres y a los estudiantes de carreras técnicas como los que más plagian, por encima de las mujeres y los estudiantes de humanidades y ciencias sociales.

Una encuesta de la UIB de 2009 a 1.025 alumnos de todos los cursos, en el que un 69,2% afirmó haber copiado fragmentos de textos sin citarlos, un 82,9% no indicó fuentes de gráficos e imágenes, y un 19,5% aseguró nunca referenciar la fuente en la que obtuvo la información.

Universia llevó a cabo una encuesta entre 560 alumnos de diversas titulaciones y universidades en 2008 y algunos de los resultados fueron especialmente alarmantes, como el hecho de que un 24% dijo haber realizado un trabajo para otra persona, un 29% presentó trabajos ajenos de cursos anteriores, un 35% ha compuesto íntegramente un trabajo a partir de fragmentos extraídos de sitios web, y un 27% inventó o falseó datos.

Hoy hay una gran confusión en torno a que es “conocimiento común”, que no requiere atribución o cita, y que no, afirman los expertos

Plagio en las publicaciones científicas

En enero arXiv, el archivo importante de publicaciones científicas digitales perteneciente a la Universidad de Cornell, presentó un informe mundial sobre el plagio en la ciencia, en el que cotejó más de 757.000 publicaciones.

Descubrió que la práctica está más extendida en países emergentes como China, Irán, India o Egipto, mientras que en los países más desarrollados los porcentajes de plagio son menores. Además, indica que 1 de cada 16 autores cae en el autoplagio, copiando frases literales de artículos anteriores.

Asimismo, reconoce la llamada “superposición de texto”, donde no sólo los propios autores plagian sus propios artículos sino que además se utilizan artículos de terceros sin citar. Los resultados revelan que 1 de cada 1.000 autores copia al menos un párrafo de los artículos y no cita o atribuye la información a una fuente.

¿Por qué se ha disparado la presencia del plagio en la Educación?

Recientemente el Pew Research Center de Estados Unidos descubrió que el 55% de los presidentes de las universidades del país piensa que el plagio ha aumentado en los últimos 10 años, y el 89% considera que la tecnología ha sido el factor determinante en este incremento.

“Desconozco cuánto de ello se asocia con la noción de que todo se vale y cuánto se relaciona con una falta total de comprensión”, explica el profesor de Secundaria, Chris Cooper.

Por su parte, la directora del Centro Internacional de Integridad Académica de la Universidad de Clemson, Teddi Fishman considera que existen herramientas para identificar el plagio, como Turnitin.com, que actualmente es utilizada por 10.000 instituciones de 126 países y está disponible en 13 idiomas.

Sin embargo, los estudiantes parecen estar siempre 2 pasos más adelante. “Me preocupa que estemos enseñando a los jóvenes a evadir la detección del plagio en lugar de a citar fuentes y crear a partir de sus propias ideas”, se lamenta.

Entretanto el docente Michael Mazenko no cree que “tengamos una generación de tramposos. Algunos argumentan que a causa de la tecnología se han vuelto mejores en ello, pero no creo que sea peor que en el pasado, aunque puede que tengamos más herramientas para atraparlos hoy gracias a la tecnología”.

Fishman sostiene que para aclarar las confusiones que muchos jóvenes tienen en torno a qué materiales son de “uso comunitario” y cuáles son de autoría es fundamental “concentrarse en una cultura de integridad, donde seamos capaces de mostrarles a los estudiantes a tomar buenas decisiones y a razonar los problemas éticos que presenta el plagio”.